El final de la pandemia y el retorno a la normalidad en ámbitos como la actividad turística se ha traducido con un incremento del 13% en las incidencias atendidas por la Policía Local de Sant Josep, el más fuerte de los últimos años. Justo es decir que, con un total de 11.432 alertas recibidas, el trabajo del cuerpo policial se ha incrementado mucho desde el final de las restricciones con una subida de las incidencias del 46% respecto a las 7.802 atendidas en el 2018, por ejemplo, o un 24,7% si se compara con las 8.886 atenciones del 2019, justo antes de la pandemia. Según la baremación de gravedad de las alertas recibidas, solo 1.924 (el 16,9%) eran de prioridad alta, 3.015 de prioridad media y la mayoría, 6.423 (el 56,6%), tenían una prioridad baja. La teniente de alcalde de Gobernación, Pilar Ribas, ha explicado que se ha estado especialmente pendiente «con el intrusismo, para no perder terreno en lo que se había conseguido los años previos, con 40 taxistas pirata sancionados -gracias a mejoras como las cámaras de videovigilancia en el aeropuerto- los 80 controles a la venta ambulante que se han realizado en las playas del municipio, o las 20 fiestas ilegales contra las que se ha actuado durante el verano que son la mitad de las que se denunciaron hace un año, pero sin descuidar la seguridad ciudadana, especialmente con la llegada de miles de personas de todo el mundo al municipio después de dos años, para que todos hayan disfrutado de su estancia sin sorpresas desagradables».
En cuanto al tipo de incidencias, 3.036 han sido relacionadas con el tráfico y la seguridad viaria (el 26,6%), con un importante aumento respecto el anterior año, cuando se atendieron 2.424 y todavía estaban vigentes varias restricciones a la movilidad de las personas, lo que desde el cuerpo se considera como «un retorno a la normalidad previa a la pandemia». También se ha ampliado el periodo del año que concentra el mayor número de incidencias, con un aumento progresivo de mayo hasta finales de agosto, cuando otros años se registraba un fuerte pico concentrado en los meses de julio y agosto.
Las denuncias relacionadas con la seguridad ciudadana se mantienen prácticamente, con 1.799 avisos que son solo 11 más que hace un año, seguidas de los ilícitos penales que han bajado una cuarta parte en un año, de 593 a 440 casos. Por el contrario, las intervenciones vinculadas a actividades y comercios, fruto del control sobre el retorno a la actividad de muchos negocios para evitar las molestias de determinadas actividades, se han duplicado respecto al 2021, pasando de 585 a 1.059. De hecho, el número de incidencias por exceso de ruidos en establecimientos del municipio han pasado de 250 el 2021 a 294 el año pasado que han motivado la denuncia de 74 casos en que el negocio no disponía de limitador acústico o este había sido manipulado. En otras dos ocasiones, además, se denunció al establecimiento para ignorar el requerimiento de parar la música. Durante el 2022 se han efectuado 150 controles de actividad fruto de los cuales se han ordenado 83 precintos cautelares de los equipos de música.
Paralelamente se ha producido un descenso en las actuaciones por conflictos vecinales, que han pasado de las 1.626 incidencias de 2021 a las 941 alertas de 2022 y que se explica por la bajada de las fiestas a casas particulares motivado por un mayor control policial y la reapertura de la oferta de ocio de la isla. Así se recoge también en el número de quejas por ruidos en viviendas particulares, que han pasado de las 1.428 a las 800 del último año. Como resultado, se han interpuesto 107 denuncias por alteración de la convivencia, sancionada con 12.000 euros de multa.
Entrando al por menor de las estadísticas de tráfico, la principal causa de los avisos ha sido la presencia de vehículos mal estacionados (1.263 incidencias), seguidas de las relacionadas con accidentes, que han vuelto a los niveles previos a la pandemia. Así, durante el 2022 se han atendido en vía urbana 459 siniestros y 143 siniestros en vías interurbanas, que son 123 más que los acumulados el año previo.
En cuanto a las incidencias relacionadas con la seguridad ciudadana, los agentes de Sant Josep han multiplicado los controles, que han pasado de 136 a 394 en el último año, y las patrullas a pie, que se han multiplicado por seis en este periodo, en el que se han incrementado también las ocasiones en que otros cuerpos y fuerzas de seguridad han pedido el apoyo de los policías locales, de 73 a 109. En paralelo, se ha registrado una bajada de las quejas por botellon, de los 167 de 2021 a los 28 en que se ha actuado el 2022, pero han aumentado las peleas en la calle (han pasado de 74 a 102) y en el interior de establecimientos (de 49 a 96) junto con un aumento de las alteraciones del orden público, que han pasado de 41 a 109, una subida del 165%.
En cuanto a los ilícitos penales, han sido detenidas por esta causa un total de 100 personas, el 30% de ellas por delitos relacionados con el tráfico de drogas. Las intervenciones más numerosas han sido las relacionados con hurtos, 182 en total, que incluyen los 84 registrados en viviendas, los 51 ocurridos en la vía pública y los 42 denunciados a locales del municipio. En todos los casos, sobre todo en las viviendas, hay incrementos sobre el año precedente, con cifras muy parecidas a las que se producía antes de la pandemia. Entre los delitos más denunciados están las amenazas, los daños a la propiedad, el allanamiento de morada (que se ha doblado con 30 casos) y la usurpación de viviendas (32 casos), junto con el fraude en determinados suministros (luz, agua, gas) con 21 denuncias.
En cuanto a la violencia contra las mujeres, en el 2022 se han registrado 56 casos, 9 menos que hace un año y tres menos que en el 2019. En 31 ocasiones han sido implicados residentes en el municipio con otros 25 casos en que los implicados eran otras procedencias. Además, se han producido un total de 15 avisos de violencia en el ámbito familiar, en tres ocasiones con menores implicados. En el capítulo de los crímenes contra la libertad sexual se han denunciado 9 agresiones, dos más que el año previo; seis casos de acoso, que son el doble que en el 2021, y cuatro casos de exhibicionismo y provocación sexual, uno menos.