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La cesión por parte del Ayuntamiento de Sant Josep de sa Casilla a Cruz Roja ha permitido dar acogida a 24 víctimas de la guerra en Ucrania

27 diciembre, 2022

El Ayuntamiento de Sant Josep de sa Talaia ha recuperado el funcionamiento habitual del albergue de sa Casilla, una vez agotado el convenio de cesión con la Cruz Roja para atender a las personas que necesitaban acogida urgente a raíz de la invasión rusa de Ucrania. Esta cesión se hizo en las primeras semanas del conflicto y ha permitido atender a 24 refugiados que han tenido que abandonar su país a causa de la guerra mientras ha sido necesario prestar esta acogida urgente, con la salida del país de los mayores contingentes de refugiados y cuando se hizo un llamamiento a todas las administraciones para ofrecer recursos con los que atender la necesidad urgente de proporcionar un lugar donde estar después de que tuvieran que salir de los establecimientos hoteleros donde se les hizo la primera acogida. Dotado de una capacidad para 14 personas, sa Casilla está completamente equipada con las comodidades necesarias por una larga estancia y en este periodo de cesión lo han usado un total de 16 mujeres, 7 menores de edad, con edades entre los 2 y los 17 años, y un hombre.

La regidora de Promoción Social, Guadalupe Nauda, ha recordado que «cuando alguien tiene que dejar toda su vida atrás y salir de casa con lo que lleva encima, tiene que poder encontrar alguien que le ayude a rehacerse y empezar de nuevo. Sant Josep es un municipio solidario y acogedor y por eso hemos mirado que todas las familias que han pasado por sa Casilla se sintieran seguras y muy bien recibidas, como hemos hecho con otros colectivos a lo largo de estos últimos años”.

A raíz de la puesta a disposición de Cruz Roja de esta equipación, la organización internacional pudo instalar un primer grupo de 8 personas procedentes del establecimiento turístico de Platja d’en Bossa donde estaban, tres mujeres y nueve niños de distintas edades (formando tres unidades familiares diferentes). Las plazas restantes se fueron ocupando con el paso de los meses.

En abril, una misma unidad familiar formada por tres mujeres de distintas generaciones necesitó este servicio, quedando ocupadas 11 de las plazas. A primeros de mayo una de las familias formada por una madre y dos hijos dejó el recurso para volver a su país . A mediados de mes, otra familia formada por madre e hijo necesitó de una vivienda y pasó por sa Casilla durante un par de semanas antes de viajar a Alemania.

A principios de junio, otra familia formada por madre e hija pasó por el centro, igual que dos jóvenes ucranianos de camino hacia Irlanda y otra joven que, procedente de Kiev y después de pasar por Granada viajó a la isla para trabajar. A finales de junio estaban ocupadas 11 de las 14 plazas. En julio, se añadió una pareja llegada de Odesa que había encontrado trabajo en la isla y no encontraba alojamiento. El agosto, una joven procedente de Chernóbil pasó unas semanas en sa Casilla antes de volver a Cracovia.

A finales de septiembre, las personas que quedaban en el albergue, un total de nuevo personas entre las que había tres unidades familiares, una pareja y una joven sola, se les ofreció ser trasladadas a Almería, que aceptaron tres personas; dos de las unidades familiares probaron de instalarse buscando un piso y trabajo, una de estas en otra provincia, mientras que la otra familia, madre e hija, decidió probar suerte en Ibiza aprovechando que disponían de una red de apoyo familiar y encontró alquiler. La pareja que permanecía en el centro ya trabajaba con opción en un alquiler y optó para seguir su vida autónoma.

A lo largo de su estancia, a las familias acogidas se les han ofrecido distintos tipos de ayudas, como la facilitación de documentación administrativa, alimentación, transporte, medicación, vestuario, orientación laboral, juguetes o cuadernos didácticos para aprender español.