La Policía Local de Sant Josep ha visto aumentar ligeramente el número de incidencias atendidas durante el año pasado hasta las 8.982, sobre todo por las situaciones derivadas de la pandemia y los dos estados de alarma que se han decretado a lo largo de 2020. Así, han sido 144 avisos más que el año pasado, cuando se atendieron 8.838 incidencias, lo que representa un 1,6% más. Lo que se ha apreciado es que estas han sido más repartidas a lo largo de la semana y han sido ligeramente más en horario por la mañana, cuando se concentran el 39% del total (3.519 incidencias) que por la tarde (38%). Lo que no ha variado es el hecho que los meses que concentran mayor número de avisos han sido los de julio y agosto, 2.442 solo en este periodo.
En cuanto al canal por el que han llegado estas incidencias, el 62% se han recibido por vía telefónica, frente a un 2 por ciento en que la alerta se informó de manera presencial, un 34% se han notificado a través de los terminales de los agentes. En total, se han recibido 4.078 de particulares frente a las 3.091 detectadas por los agentes y los 1.172 recibimientos a través del SEIB112.
Este volumen de trabajo se ha atendido con un plantel de 52 agentes, gracias a la incorporación de 12 funcionarios más durante el año pasado, cinco de ellos con carácter interino. En el proceso iniciado para estabilizar la plantilla del cuerpo, está previsto convocar este año seis nuevas plazas de funcionarios de carrera, lo que permitirá incrementar en un agente más el número de policías.
El teniente de alcalde de Policía, Angel Luis Guerrero, ha recordado que además de lo que se recoge en las estadísticas, «este año ha sido especialmente complicado por nuestros agentes, que han tenido que extremar la precaución y cambiar la manera de trabajar para prevenirse de la enfermedad. Han multiplicado sus intervenciones en una situación excepcional que los ha obligado a asumir nuevas tareas a menudo poco agradecidas. Por fortuna, han tenido también a su lado el reconocimiento y la comprensión de la mayoría de la ciudadanía, consciente de la gravedad del momento». Por todo esto, «les tenemos que agradecer muy especialmente el ejemplo de profesionalidad y sacrificio que han dado a lo largo de toda esta etapa negra, con la confianza que pronto saldremos también gracias al papel que han jugado nuestros uniformados», ha dicho Guerrero.
Por tipo, la mayoría de alertas están relacionadas con asuntos relativos a la seguridad ciudadana, con 2.130 alertas que suponen más del doble que el último año precedente, cuando fueron 1.020.
Han bajado tanto los casos de peleas y agresiones denunciados (de 247 a 79) como las alteraciones del orden público, mientras que se han recibido 72 denuncias por botellones. Pero lo que explica el aumento global de las incidencias relacionadas con la seguridad ciudadana es el cumplimiento de las medidas para prevenir la propagación de la COVID-19. En concreto, la nueva situación ha generado 1.170 incidencias, que han tenido como resultado 856 denuncias, buena parte de ellas concentradas en el periodo del primer estado de alarma, en los meses de marzo y abril.
La pandemia y las restricciones a la movilidad han tenido una relación directa en la reducción de las intervenciones en ilícitos penales (-35,7%) así como las vinculadas al tráfico, que han bajado también un 35,7%. Paralelamente, la siniestralidad (-41%) y la gravedad de los accidentes de tráfico registrados también se han reducido más del 50%. La policía local ha intervenido durante el año pasado en 241 accidentes urbanos y 70 interurbanos, 311 en total, con un balance de dos víctimas mortales.
Las incidencias relacionadas con el tráfico, que el año pasado suponían la primera causa de los avisos, este año se han reducido más de un mmm por ciento, hasta las 1.557, y representan un 17,5% del total. En tercer lugar, pero con un importante incremento respecto al 2019, hay las quejas vecinales, sobre todo relacionadas con ruidos. Por último, entre las causas más importantes, están las vinculadas a actividades económicas y negocios.
Cabe destacar que el año pasado se detectó un aumento del 9% de los casos de violencia de género, después del importante descenso del 23% que se registró entre 2018 y 2019. De los 86 casos en que se intervino el 2020, la mayor parte fueron protagonizados por residentes en el municipio (59 casos).
En cuanto a ruidos, el año se ha acabado con 1.112 incidencias (7 más que las registradas en el 2019), de las cuales la inmensa mayoría han sido por molestias originadas desde alguna vivienda, con 950 intervenciones y un importante crecimiento respecto al año previo, del 35%, y con una fuerte concentración en los meses de julio y agosto. Mientras, los casos en que las molestias se originan en un establecimiento han bajado de las 314 de 2019 a las 162 de 2020, un descenso del 48,4%. De estas incidencias se han derivado 153 denuncias, de las que 133 han sido para alterar la convivencia ciudadana.
En cuanto al tráfico, los policías de Sant Josep han sancionado 1.479 conductores por estacionamiento indebido, menos de la mitad que el año previo; a 182 conductores que habían bebido alcohol y otros 171 a los que se detectó que habían consumido drogas. Además, se ha denunciado a 16 motoristas por no llevar el casco y a otras 36 personas por no usar los dispositivos de retención y seguridad infantil.
La grúa municipal se ha activado en 316 ocasiones para retirar vehículos a raíz de infracciones de tráfico de competencia municipal, otras 273 veces para llevar al depósito algún vehículo abandonado; se han hecho 127 retiradas por infracciones sancionadas por la DGT; en otras 84 ocasiones después de que el conductor haya dado positivo en alcohol o drogas y 167 veces por otros supuestos.
