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La segunda campaña de excavaciones de los restos del molino harinero de agua del Torrent de ses Fonts conocido como es Molinot cuestiona el origen andalusí de esta infraestructura

9 febrero, 2022

El Ayuntamiento de Sant Josep de sa Talaia ha presentado las conclusiones preliminares de la segunda campaña de excavación de los restos del molino harinero de agua des Torrent de ses Fonts conocido cómo es Molinot. Estos trabajos, después de analizar nuevas evidencias obtenidas a finales del año pasado, permiten concluir de manera inicial que esta infraestructura hidrológica no es de época andalusí, como se pensaba, si no que podría pertenecer a un periodo posterior, probablemente ya en la etapa cristiana. También se ha establecido, en cuanto a su periodo de funcionamiento, que este molino harinero estuvo en uso hasta el siglo XIX, mientras que la nivelación de todo el terreno para su acondicionamiento como terraza para el cultivo se produjo cuando el molino ya estaba abandonado, a principios del siglo XX.

La investigación de esta estructura es fruto de un convenio con la Universitat Autònoma de Barcelona, y está liderada por los historiadores Helena Kirchner i Antoni Ferrer Abárzuza y la arqueóloga Glenda Graziani. Esta segunda campaña de excavación ha costado cerca de 18.000 euros y ha recibido una subvención de la consellería insular de Cultura, Educación y Patrimonio por la mitad de este importe. El resto ha sido sufragado por el Ayuntamiento de Sant Josep de sa Talaia, que ya asumió el coste de la primera campaña de excavaciones en su totalidad.

La clave para llegar a esta conclusión preliminar es el hecho que a los estratos correspondientes a la época en que estuvo en uso esta infraestructura no hay fragmentos de piezas cerámicas de época andalusí. «Esto, junto con el hecho que las dimensiones del molino son de mayor envergadura de la que estimaban inicialmente nos inclina a descartar provisionalmente una cronología andalusí», ha explicado Graziani.

«La excavación de este yacimiento se promovió a raíz del interés que nos hicieron llegar los residentes de esta zona y los propietarios del terreno y ha contado también con la ayuda inestimable de varios vecinos muy implicados en la conservación de nuestro patrimonio. Gracias al empujón de todos ellos estamos encontrando mucha información que nos hará redefinir lo que sabemos del aprovechamiento de los recursos hídricos en anteriores épocas», ha explicado la regidora de Patrimonio, Ángeles Marí.

La consellera insular de Educación, Cultura y Patrimonio, Sara Ramon, por su parte, ha explicado que «es una prioridad del Consell de Ibiza recuperar nuestro Patrimonio, que necesitaba una intervención urgente de la máxima institución insular. Es por eso que en lo que llevamos de legislatura ya se han presupuestado un total de 300.000 euros y se han ayudado a 11 beneficiarios que vienen realizando obras de reconstrucción, mantenimiento y consolidación del Patrimonio». Ramon ha explicado qué en el caso concreto del Molinot, «el Consell de Ibiza ha aportado cerca de 10.000 euros que han permitido en el Ayuntamiento de Sant Josep recuperar este lugar tan especial».

Las sucesivas excavaciones han confirmado la importante transformación del entorno del molino para ganar labrantío en terraza susceptible de ser irrigada. Esta transformación implicó un enorme esfuerzo por el rebajo del terreno rocoso. El molino quedó desmantelado hasta la planta del obrador, aunque la investigación ha establecido que la longitud total de la cúpula, la estructura formada por seis piezas cilíndricas de marino vaciadas en el interior. Por debajo se sitúan cuatro piezas cuadrangulares también de marino y presumiblemente agujereadas, con una longitud total documentada de la cúpula de 5,73 metros, cercados de una estructura maciza de 2,77 metros de largo y 1,66 de ancho hecha en masonería de bloques de piedra calcárea con mortero.

A la parte inferior se ha encontrado el que resto del arco de medio punto con una luz de 1,79 metros con una altura documentada de 1,34 metros y 0,80 metros de profundidad que se trata del arco donde se encajaban las molas del molino y estaba situado al nivel del obrador.

Las conclusiones preliminares sobre la etapa en que funcionó este molino harinero, que se podrán afinar a través del estudio de los materiales cerámicos recogidos, obligan a replantear toda la cuestión de los molinos fluviales y su cronología. La documentación del siglo XIII habla de cuatro molinos situados en la riera del Jondal. A día de hoy solo se han encontrado evidencias de este Molinot y de otro situado en el quartó de Portmany. Por el que establecen los investigadores, los aprovechamientos de la fuerza del agua de época medieval serían de una menor dimensión con unas molas de entre 40 y 60 centímetros de diámetro. El agua que movía los carretes para accionar las molas se haría circular a través de una rampa y no por un cupo, según consideran los investigadores, y al ser instalaciones de construcción relativamente débil habrían desaparecido en el momento de ser abandonados.